En ocasiones los niños, los adolescentes y sus familias requieren apoyo profesional para superar dificultades.
Por ejemplo, problemas conductuales, alteraciones del ánimo, desórdenes en la identidad sexual, dificultades de comunicación o establecimiento de límites, entre tantos otros desafíos, pueden ser enfrentados de mejor manera si se cuenta con la colaboración psicológica de un profesional especialista.